Color y dibujo en la empresa

Color y dibujo en la empresa

Cuando era pequeña esperaba que mi profesora saliera de clase para poder coger una tiza y dibujar en la pizarra. Me parecía algo mágico, dibujar y borrar en un espacio tan grande. Paradójicamente era mala dibujando, o así me lo hacía sentir la calificación de suficiente que aparecía en mi boletín de notas. Todavía recuerdo el mal rato que pasé intentando dibujar un maldito racimo de uvas que en nada se parecía al que debía copiar de forma fidedigna.

Y así, año tras año, mi experiencia con el dibujo me convirtió en una de tantas personas convencidas de que no sabía dibujar.

 

Mi profesión actual, la de facilitar y ayudar a personas y empresas a que construyan sus proyectos (a través de entrenar sus habilidades personales, sobretodo la creativa), me ha permitido reconectar con aquella maravillosa sensación de cuando era niña y tenia ante mi una enorme pizarra donde hacer mis trazos y mis letras dejando fluir mi imaginación.

 

He leído, me he formado y practicado el Visual Thinking, confieso que por el simple placer de dibujar y escribir “bonito”, de utilizar el color sin sentir que estaba haciendo algo “demasiado infantil”. Pero poco a poco he descubierto como el hecho de incorporar el color y las imágenes dibujadas y unas letras claras visibles, gruesas y bonitas, hacen mis sesiones de formación distintas, amables, coloridas y agradables. Pero lo que realmente ha transformado mis clases ha sido el hecho de incitar a mis alumnos (a veces son emprendedores, otras personas en situación de paro, frecuentemente son docentes, siempre son adultos….) a que sean ellos los que dibujen, los que tomen notas utilizando el color. Les enseño a hacer sus mapas mentales para pensar mejor, a utilizar símbolos para conectar sus ideas y a desinhibirse utilizando trazos o todo aquello que les ayude a clarificar la información y recordarla mejor.

 

Poco a poco voy perfeccionando mi técnica, no en dibujo, que también, sino en la explicación de porqué el pensamiento visual es una herramienta tan poderosa para nuestra creatividad y nuestro aprendizaje.

 

Hace escasamente un mes pasé una prueba de fuego. Una empresa del sector del automóvil quería entrenar la habilidad cretiva de un equipo de 15 ingenieros y personal directivo y técnico antes de afrontar un proceso de innovación.

 

Centré objetivo de las sesiones de formación en entrenar su pensamiento creativo, ayudándoles a hacerse buenas preguntas, a buscar originalidad en sus propuestas, a enseñarles técnicas de asociación de ideas, etc….y sobre todo a definir y afrontar retos de innovación. Utilicé herramientas de Visual Thinking en todo el proceso:

 

  • para hacer una AGENDA VISUAL que nos permitiese descubrir de antemano las distintas etapas de la formación.
  • para introducir un elemento de SORPRESA e incitar su CURIOSIDAD en las distintas sesiones.
  • Para hacer una FORMACIÓN RADICALMENTE DISTINTA a la formación técnica a la que están acostumbrados
  • Para aportar CLARIDAD al proceso de generación de ideas.
  • Para fomentar la PARTICIPACIÓN DEL GRUPO
  • Para RESUMIR Y RETOMAR TEMAS tratados en sesiones anteriores
  • Para VISUALIZAR TODAS LAS IDEAS que fueron capaces de generar en los distintos momentos de la formación
  • Para construir un LENGUAJE COMÚN
  • Para FACILITAR SU FORMA DE EXPRESARSE y permitir que sus ideas fluyeran
  • Par crear COHESIÓN DE GRUPO.

 

 

Si tuviese que resumir en qué ayudó el Visual Thinking a nuestras sesiones de formación y creatividad en este ámbito tan técnico y empresarial citaría:

 

  • El color y el dibujo aportan alegría, sobretodo porque conecta con el niño que llevamos dentro y desinhibe y desbloquea nuestra capacidad de pensar.
  • Varios de los asistentes coincidieron en señalar que algunas de las cosas que aprendieron durante las sesiones iban a utilizarlas más allá de la empresa, en su entorno familiar. No es la primera vez que al finalizar una sesión de formación, las personas que han utilizado el dibujo sienten la necesidad y la ilusión de compartir lo que han aprendido y dibujado con sus hijos pequeños. Es una forma de enseñarles que hablan su mismo idioma.
  • Y sin duda la aportación más importante es la de convertir procesos e información a veces complejos en algo simple, claro y fácil de entender recordar. Y esto, en el aprendizaje, se acostumbra a convertir en motivación para seguir aprendiendo.