24 febr. Minúscula creatividad, la creatividad del día a día
Asociamos la palabra creatividad al arte, al diseño, al invento, al dibujo…..pensamos que somos más creativos si dominamos alguna de estas disciplinas. Einstein, Leonardo da Vinci, Franklin, entre otros fueron grandes creativos. Podríamos decir que aportaron una creatividad en mayúsculas. Muchos de sus inventos han propiciado la evolución de la humanidad.
¿Debemos utilizar la misma palabra “creatividad “, para definir nuestra habilidad cuando cocinamos por ejemplo un plato exquisito y original, o cuando encontramos una novedosa solución a un problema, o organizamos de forma distinta algo que siempre se ha realizado de la misma forma?
Efectivamente eso también es creatividad. Podemos definirla como una creatividad en minúscula para diferenciarla de la de los grandes pensadores.
Cada vez que en un congreso o en unas jornadas, los expertos se atreven a vaticinar alguna característica de la sociedad del futuro, citan la innovación y la creatividad como uno de los elementos de diferenciación más esenciales. Necesitamos aprender esta destreza, saber cómo podemos encontrar ideas valiosas cuando las necesitamos, dominar las herramientas para pensar mejor, no solo desde el punto de vista crítico sino también desde el creativo.
Es una aprendizaje fundamental y nada fácil encontrarlo en las escuelas, institutos y universidades.
Abandonemos el concepto de tormenta de ideas y avancemos hacia la navegación por las ideas, algo mucho más controlable, “aprendible” (si se me permite la palabra) y dirigible hacia nuestro objetivo. Encontrar la originalidad cuando la necesito.
Reivindico desde aquí la “aprendibilidad” (capacidad de aprender, palabra que he aprendido de JC.Cubeiro) de la creatividad en minúsculas y, si quieres te acompañaré en este camino aportándote herramientas para ello. Descubre mi nuevo perfil en INSTAGRAM “creatividad en mínúsculas”. No te va a decepcionar